Hoy me encerré en una cripta, me encerré en la eternidad del silencio y su único eco.
Parado en el centro, escuchando el calor que es emanado de mi cuerpo, de mi vehículo natural y casi se puede ver como se deshace en el frío de la cripta.
Estoy desnudo, vulnerable y con frío, sin nada más que mi sentido del humor que de hecho se torna cada vez más oscuro a medida que pasa el tiempo en este lugar tétrico y melancólico. Hay una escalera que lleva hacia una pared. Si analizamos este elemento podríamos decir que no tiene nada que ver con estrellarse con una pared, esta no es la metáfora, porque no podemos tomar mucha velocidad subiendo por una escalera, y esto se debe a la existencia de la gravedad combinado con la dificultad que emerge de estos segmentos interrumpidos de un sendero construido que se elevan unos sobre otros. Quizás represente el deseo de detener la elevación de un alma que abandona un cuerpo, asumiendo que se eleva y no que desciende, porque todos somos inocentes según quién nos mire y mucho más si consideramos que no hay quién nos juzgue, y que si lo hay… éste no tiene el poder de decidir hacia dónde vamos; e incluso si lo tiene, uno siempre tiene la posibilidad de rebelarse, incluso frente a fuerzas intangibles. La más escalofriante de todas es el tiempo, es la principal fuerza que se encuentra vinculada directamente a la muerte, al fin de la percepción como la conocemos. La muerte es el punto en que pasamos al otro lado, a algo totalmente desconocido, y no desconocido como el fondo del mar, sino a algo realmente desconocido. Ese es el gran miedo. Muchos rechazos del hombre se basan en eso, quizás es algo simple o incluso mejor que la actualidad o que el pasado, pero al ser desconocido se le teme, tanto como a un precipicio en el medio de la noche.
La cripta posee 9 orificios en su cúspide. Nueve orificios que dejan pasar escasa luz, para que no se deterioren las pinturas y para mantener un ambiente oscuro ya que está construida sobre un cimiento de tragedia y ésta debe mantenerse intacta. Por fuera una escalera caracol rodea la construcción abovedada y sube hasta un pórtico ovalado que se encuentra abierto. Si lo atravesamos caemos sobre un techo de losa. Ese es el camino para alcanzar el estado de quienes se encuentran enterradas en la cripta. Una sola escalera puede proporcionarte la libertad de la incertidumbre eterna, la más profunda de todas. Claro que esto es solamente un símbolo; en medio de mucho dolor uno puede sobrevivir a esa caída, y probablemente a muchas otras.