¿Qué es
esperar? Ese estado, quedarse esperando. Un estado latente, ser una expectativa
y nada más. Que el otro se de media vuelta a mitad de camino, bajo la lluvia, y
decida volver por su camino, desviarse, nunca llegar. Esos ojos y esas cejas
levantadas mirando el borde del dintel.
Una carga emocional es lo que fue amor, lo que fue odio, ilusiones, planes, discusiones, sacudidas y tironeos, un balance borroso entre todo eso, un informe totalmente subjetivo y cambiante hecho por nosotros. Escrito, y re-escrito, nada más imperfecto que esa carga.
Un momento
es una foto. Es apenas un instante, una décima de segundo o menos.
Todo lo que
compone ese momento es una línea de eternidad hacia al pasado y otra hacia lo
desconocido. O sea que el presente no existe, sólo se compone de antes y
despueses. Un antes y muchos posibles despueses; algunos imposibles, pero
imposibles generalmente en teoría. Las ganas de demostrar esas teorías se
ahogan en una mordida de labio inferior imaginaria que se transforma en una
mirada hacia otro lado, un olvido consciente. Que si es consciente no es
olvido, me dirá usted, y yo responderé -tal vez-. ¿Qué fuerza cambia las imágenes?
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