A veces las decisiones más complejas y difíciles de entender subyacen bajo los hechos más repentinos, que con el tiempo se vuelven intrascendentes. Pequeñas inserciones en las grietas mas profundas gritan de una forma estrepitosa, aturden llenándolo todo y luego se retiran sutil y cordialmente dejando reinar al silencio. Ese silencio que te separa de todo y por más estirados que estén los brazos no podrán sujetarse de nada, por lo menos por un tiempo.
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