La reputación de exactitud, de objetividad, que se dio a la imagen analógica radica en su inmediatez: corresponde a un objeto o a un fragmento del universo del cual es la huella y, contrariamente a la imagen sintética, no acumula los indicios o las alusiones, no fue fabricada para demostrar algo.
Dos fotos con distancias focales distintas no son calcos, sólo mantienen una relación de analogía con lo que representan, y el adjetivo griego “Analogos”, ‘Proporcional’, nos indica lo que conviene entender con esto: hay identidad de relación entre los diversos elementos del mundo (un personaje, árboles, una verja, cierta iluminación).
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