sábado, 21 de febrero de 2009

Fuera Luces

Y la azucarera está ahí, apoyada sobre una servilleta blanca con dibujos negros que crecen diametral y espontáneamente sin que nadie se percate. Ambos elementos y su relación espuria yacen sobre una pesada mesa de madera manchada por el uso, apartada de los otros muebles, como en penitencia, pero más amada que el resto, quizás por esto mismo más castigada.
Algunas veces hace falta apagar algunas luces para ver con mayor nitidez, para aclarar la percepción en un mundo de espectro oscuro. Una percepción que se calma a falta de luz ya que las miradas sobre la misma cesan en número por ausencia de brillo en sus movimientos. Ella, totalmente trastornada por los comportamientos ajenos, enfermos, pero escondidos en la ceguera de las masas, se expresa extrañamente. Fueron vivencias no esperadas desde un principio pero que llegaron y arrasaron con la felicidad súbitamente, dejando un palpitar interno de ritmos extraños, que se reflejan fuera como movimientos sensuales en la piel. Y ahora los espasmos alteran el funcionamiento de sus tendones, mostrando en las inocentes y pequeñas manos vibraciones involuntarias e inevitables. Esto, para los ojos de acusadores cotidianos son síntomas de inseguridad, y no de un deterioramiento agresivo producido por ellos mismos y su conexión inmediata despojada de filtros, entre su cerebro y sus gestos.


¿Darkness or brightness?
Texto: Pato Corvalán
Foto: unknownartist565

Seres Voladores Urbanos

Sinceramente me cuesta creer que alguna vez, algún cazador haya matado dos pájaros de un tiro realmente.
Para matar dos pájaros de un tiro tenés que ir a la plaza con una itaka, a la mañana, arrojar maíz para que las palomas se acerquen y cuando estén todas juntas, muy, muy cerca... ¡PUM!. Y ahí, probablemente matés a más de dos, de un tiro.
Pero ahí surge otro planteo.Las palomas son pájaros? No. Son palomas, aves del orden columbiformes, y la frase no es "Matar dos aves de un tiro" sino "matar dos pájaros de un tiro". Y las palomas difieren mucho de los pájaros, vienen de una cultura milenaria estudiada con lujo de detalle por Charles Darwin, en la que no entraremos en detalle.
Las palomas tienen una personalidad muy particular. Son seres urbanos, adaptados a la vida de la gran ciudad. Y andan caminando con sus ojitos de pupilas negras concéntricas, sacudiendo su cabeza para todos lados con cara de "soy una paloma, sólo quiero comida", pero es más que eso en realidad. Para los humanos son seres que representan la sencillez y la inocencia, en otras palabras, la ‘ingenuidad’, o sea, simbolizan la ‘paz’, reitero, la ‘ingenuidad’. A pesar de estas convenciones humanas, son seres persistentes que deciden quedarse al lado de uno porque saben que en algún momento le vas a arrojar esa puntita de la empanada o un par de tutucas. Y no sólo eso, tienen su estrategia. Se hacen las que se van marchando hacia otra persona cercana al paso de -me voy porque no tenés comida- y uno se siente mal, y termina arrojándoles algo; a nadie le gusta parecer avaro ante el criterio de una paloma. Terminan consiguiendo lo que querían. Son seres inteligentes, de ahí la expresión “paloma mensajera”. Algunos de estos animales aprendieron sorprendentemente a usar teléfonos celulares y se la pasan mandando mensajes a personas solitarias que suelen mandar la palabra “amigos” al 2020. Así es, es verdad, las bandadas de palomas son una suerte de call-center disperso y levitante que se encarga de mandar esos mensajitos de respuesta a las personas solitarias y tristes, como la propia soledad. Desean exhibir su actitud rebelde y sentirse fuera del orden natural. Son uno de los pocos seres voladores que se rehúsan a volar la mayor parte del tiempo, teniendo alas, y para escapar a ser atropelladas por un auto corren en vez de volar. Razón por la cual algunas veces vemos palomas atropelladas en el medio de la calle. No fueron hechas para correr como el guepardo, pero así son, con ansias de evolucionar, y no por la selección natural, sino por una selección decidida en comunidad, con integridad y para nada sumisa. Alguna vez, alguno de estos bichos habrá leído "el origen de las especies", se corrió la voz y bueno, ya no podemos hacer nada, sólo observarlas correr por el pavimento con cierto apuro.
Retomando con el tema de la perseverancia palomil no quiero dejar de mencionar su estúpido ritual de apareamiento, aunque respetado por los ornitólogos, no así por las palomas hembras quienes son indiferentes a tal baile urbano. Y así, los palomos, soportando tal humillación intentan una y otra vez, erizando las plumitas de su cuello (cual rugbier levantándose el cuello de la chomba antes de entrar a un bar), bajando la cabeza y embistiendo a la nada, como simulando la actuación cotidiana de un toro autista, conquistar a su chica. Todo este ritual es en vano ya que las palomas hembras, al igual que las hembras de muchas otras especies, son unas histéricas. Ellas se quedan a presenciar, en lo posible de espaldas, la estupidez inútil del macho para luego, emprender vuelo en medio del ritual, interrumpiéndolo, hacia algún cable mojado a 5 metros de altura.
A todo esto el palomo queda totalmente sorprendido, sólo en la calle, con cara de nada, desilusionado y pensando -¡¿Para qué mierda hago esto?!-. Y luego se va volando, no sin antes dar 3 pasos, por cábala, en busca de otra hembra, quizás más indiferente que la última. Mientras uno pasa por ahí, se percata de la escena y piensa
-una paloma-.

Pato Corvalán
Foto: sourSoul

lunes, 9 de febrero de 2009

ZETA, el asesino misterioso

Un dibujo que hice de un amigo, cuando fumaba un pucho en el parque...