domingo, 18 de mayo de 2008

Reflejos Independientes

Mi departamento es muy chico, dimensiones mínimas. Uno entra y puede ver todo, excepto el baño que se encuentra dentro de la pieza. La cocina está a cuatro metros y medio de la puerta de entrada si uno camina hacia delante.
La particularidad que me gusta destacar de mi departamento es que si uno se encuentra parado dentro de la cocina y mira hacia el balcón… uno se refleja en la puerta de vidrio que da al balcón. Pero en realidad no es nuestro reflejo lo que vemos en la puerta de vidrio del balcón aunque esta persona, exactamente igual a nosotros, nos esté mirando. Lo que uno ve en el balcón es el reflejo de una ventana que está a nuestra derecha, que en realidad, es ahí donde nos reflejamos.
Estoy parado en la cocina, estoy solo en el departamento. Estoy muy paranoico porque recién terminamos de ver una película de mucho suspenso con mis amigos y ya todos se han ido. Quedé completamente solo, y el hecho de que no sea yo el reflejo que estoy viendo desde la cocina me vuelve loco. Estoy muy tenso y no quiero moverme. Tengo muchísimo miedo de que al moverme vea que el reflejo no se mueva, o peor aun, de que se mueva completamente distinto a mí.
No puedo más, debo moverme para salir de la cocina. Pero algo me impide que deje de ver hacia la puerta de vidrio. Debo hacerlo…
Mientras miro con atención levanto mi brazo izquierdo y mi reflejo levanta el derecho. Me paralizo completamente y no puedo creer lo que estoy viendo. Completamente inmóvil pienso en lo que está pasando y trato de analizarlo.
Es completamente normal. Llego a darme cuenta de que al ser el reflejo de un reflejo, lo que estoy viendo puede ocurrir.
Me quedo mas tranquilo…., no! No quedo mas tranquilo. Mi corazón late muy fuerte, mis pulmones bombean aire como si estuviesen por explotar. Pero no puedo dejar de mirar hacia ahí, me es imposible.
Está bien, lo decidí, es mi única salida. Decido caminar muy rápido hasta la pieza para poder dormir de una sola vez, ya son las tres de la mañana. Camino hasta la pieza, pero algo raro sucede. Cuando estaba saliendo de la cocina y perdiendo la visual de la puerta de vidrio logré notar que mi reflejo no se había movido ni un centímetro. ¡Esto me volvió loco!
No podía volver hasta ahí. Para nada iba a volver, ni loco. Y si regresaba y mi reflejo comenzaba a moverse por su cuenta? Seguía ahí? Por qué no se había movido?
Estaba muerto de miedo. Pero no iba a poder dormir de todas formas. Así que lentamente comencé a caminar de a pasos muy pequeños, pegado a la pared que se enfrentaba a la entrada de la cocina. Me asomé primero para ver la cocina y….
… Mi sombra estaba ahí!!! Adherida a la pared! Exactamente en la misma posición que yo estaba hace unos segundos.
Corrí hacia mi pieza y logré encerrarme inmediatamente. No podía creer lo que estaba sucediendo. Me apoyé en la puerta y miré hacia abajo. No, no tenía sombra. Tragué saliva, comencé a rascar la puerta frenéticamente y un nudo en la garganta comenzaba a ceñirse intensamente. Los pelos de la nuca se me erizaron y comencé a temblar. Tenía ganas de gritar, pero sentía la garganta tan cerrada que lo veía imposible.
Entré rápidamente al baño y no podía mirar el espejo. Cerré los ojos y di media vuelta para darle la espalda al espejo. Cerré la puerta del baño con llave y me recosté en el piso del baño muy lentamente, siempre sin mirar al espejo. Ahora me sentía mas tranquilo; todo el baño iluminado, blanco, era perfecto. Decidí girar lentamente mi cuerpo hasta ponerme perpendicular al plano del espejo, con mis pies dirigidos hacia él. Apoyé mi cabeza en la pared que separa la bañera del resto del baño. Estiré el cuello y logré ver el espejo desde el suelo. Ahí estaba mi reflejo mirando hacia abajo. Me miraba fijamente y no hacía ningún gesto. Yo movía la boca para distintos lados pero el reflejo no. Sólo me miraba. Miraba…



Patricio Corvalán

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